Cuando hablamos de la
integración de las tecnologías en la educación, éstas suelen ser presentadas
desde la mirada del cambio y de la innovación. Sin embargo, las TIC pueden usarse de una forma completamente tradicional
sin cambiar ni alterar metodologías y concepciones educativas. A menudo, las TIC se conciben como simples herramientas para
transmitir información o acceder a ella. Bajo esta óptica, el proceso de
aprendizaje se sigue concibiendo como un proceso de adquisición de conocimiento
y el aprendiz es como una «tabula rasa», un contenedor que hay que llenar. La
metáfora del contenedor considera al aprendizaje como un proceso de
adquisición. El conocimiento es concebido como una propiedad y una posesión de
la mente individual (Bereiter, 2002).
En
definitiva, se trata de crear entornos de aprendizaje (Jonassen, 2000) que
permitan presentar al estudiante una serie de variadas experiencias y
escenarios que le faciliten su propia construcción del conocimiento (Educar a través de y para la ciudadanía).
El
enfoque educativo apropiado para una utilización de las TIC
en el desarrollo de competencias ciudadanas debe
fundamentarse en una concepción participativa del aprendizaje. De acuerdo a
este enfoque, el aprendizaje es un proceso interactivo de participación en las
prácticas culturales y en las actividades compartidas por las comunidades
sociales (Wenger, 2001).
«Toda
auténtica educación se efectúa mediante la experiencia» Dewey (1995, p. 22) «la
unidad fundamental de la nueva pedagogía se encuentra en la idea de que existe
una íntima y necesaria relación entre el proceso de la experiencia real y la
educación» Dewey (1995, p. 96)
Se
trata de abogar por una enseñanza centrada en prácticas educativas auténticas, las
cuales requieren ser coherentes, significativas y propositivas.
La tecnología puede contribuir de una forma importante a la
descentralización de las formas de aprendizaje y a la construcción del
conocimiento. «Las redes informáticas proporcionan la posibilidad de formar
redes de discursos descentralizadas» (Bereiter, 2002, p. 5).

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